Blogia
Helados Galácticos

Rubén Lardín

Mi primer recuerdo de La guerra de las galaxias (nada de Star Wars) es la imagen de mi hermano Dani llorando a moco tendido en el cine, aterrorizado por la respiración de Darth Vader, y la de mi abuelo, que nos había llevado a verla, refunfuñando por tener que salirse de la sala con el chaval.

El segundo, traumático, es cuando una tarde (no sé a qué edad pero quizás con los huevos negros) llegué a casa y había desaparecido la nave del cazarecompensas de la estantería. Mi madre creyó que yo había crecido y se la regaló a un vecinito. La mujer no entendió mi desolación. Creo que en aquel instante tomé conciencia de lo de crecer, algo en lo que jamás había pensado y a lo que (recuerdo aquél como el punto de giro, si es que lo hubo) me negaría para siempre.

- Rubén Lardín

0 comentarios